Estimado Antonio,
Me dices que no nos queda sino apoyar la monarquía
parlamentaria porque la amenaza del marxismo es demasiado peligrosa, y me
preguntas por qué no iré a la manifestación que se organiza el viernes a favor
de la Constitución. Dices que no tenemos otra alternativa, que con lo que nos
viene encima nuestras diferencias con los liberales deberían quedar en algo
secundario.
Si te sirve de consuelo que sepas que nosotros sabemos de
movimientos sociales y revoluciones, y en concreto en los próximos meses la
monarquía no corre ningún tipo de peligro. Ya has visto que las movilizaciones
del día 2 de junio, a pesar de estar exageradas por algunos periódicos, no son
tan graves. La mayoría de los españoles es consciente de que los grandes
problemas son otros. Con más de 5 millones de parados la gente en lo último que
piensa es en la república. Lo importante sigue siendo llevarse algo para comer
a la boca. Lo que pasa es que tú lees Twitter (que no es representativo del
total de la población) y los periódicos y da la impresión de que España va a
entrar en guerra de un momento a otro. Sin embargo, no es así por ahora. No
pasa de ser un tema comentado en los bares, esas grandes tribunas, pero hoy son
pocos los que están dispuestos a morir por un sistema político. El problema
llegará el día en que los partidarios de la República consigan convencer a los
descontentos y les hagan creer que será su sistema político el que les traiga
el pan. Pero la crisis de racionalidad todavía no es tan profunda como para
entregar la propia vida por un sistema que, como tú y yo sabemos, está muy
lejos de ser el ideal para nuestra patria.
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Heralder, CC BY-SA 3.0 |
El truco de “cuidado que vienen los rojos” es viejo. También
se usa con “cuidado que vienen los ultras” cada vez que los Le Pen se presentan
a las elecciones. El “cuidado que vienen los rojos” es el último recurso de un
sistema corrupto que ni infiltrando policías es capaz de hacer frente a los
extremos. El corrupto es sobre todo el sistema, y en este caso el que lo ha
aprovechado ha sido Pablo Iglesias. Pero es que se lo han puesto muy fácil, y
lleva años dedicándose a lo que tendríamos que hacer nosotros ahora, en vez de
manifestarnos en defensa de una Constitución que no ha traído ningún bien.
La izquierda hoy por hoy sigue su avance, pero todavía le
quedan algunos años para lograr un objetivo que alcanzarán si nosotros no
ponemos ahora el remedio: una sociedad fuerte. Esto Iglesias lo sabe y estoy
seguro de que tiene miedo precisamente a que sigamos una táctica que es, por
otra parte, la que él ha seguido. Él construido una sociedad en torno a sí:
medios de comunicación, borrokas, el lobby gay, feministas, etc. etc. Él ha
sabido hacerlo y nosotros no con nuestra gente, sin duda más válida y, sobre
todo, más buena. Me da hasta pena saber la cantidad de buena gente que queda en
nuestro país y que ha perdido toda esperanza.
Detrás de la manifestación constitucional a la que me pides
que acuda están las ideas que han llevado a nuestra patria al actual estado de
postración. Porque quién está detrás de estas manifestaciones constitucionales
es nada más y nada menos que un partido, VOX, que sigue aferrado a una
estrategia que le salió bien a su sucedáneo, al PP, pero que ya no sirve. No se
dan cuenta de que la juventud pide paso, de que no sólo sus ideas, incluso sus
medios han fracasado. No entienden que han perdido. Ahora Vidal- Quadras ha
dicho que renuncia a ser presidente y dicen “es que su hora ya se ha acabado”.
No, el fin que está próximo es el del mismo sistema sostenido por las falacias
que ellos se obcecan en defender y que facilitan el ascenso de un Pablo
Iglesias. Mientras VOX organiza manifestaciones, en las que me consta que ya
tienen previsto expulsar a todo aquel que exhiba una bandera que se salga de su
línea ideológica, la izquierda organiza conferencias, propaganda a pie de
calle, se infiltra en asociaciones vecinales, escribe, se forma… No pongo en
tela de juicio el valor de las manifestaciones, pero sí las ideas que ahora
buscan esconderse tras la bandera de nuestra querida España. Yo soy el primer
partidario de hacer labor a pie de calle, de que se nos vea, pero no voy a
trabajar para un partido que se autodefine como liberal.
Es falso que ante la inminencia del peligro debamos elegir
entre la república marxista y la monarquía parlamentaria. La monarquía
parlamentaria no corre ningún peligro porque la izquierda republicana aún es
débil. La izquierda será fuerte de aquí a cinco o diez años y sobre todo si
para entonces no hay alguien que haya planteado otra iniciativa antisistema.
Será ahí cuando debamos asustarnos, aunque ya han lanzado un primer aviso.
Ahora el “¡Cuidado que vienen los rojos!” no pasa de ser una estrategia del
sistema para que pensemos “Vamos a votar al PP o a VOX que van a traer
moderación y orden”. Pero resulta que estos “moderados” son los que bajo la
bandera constitucional participan en un sistema que permite el aborto, que ha
destrozado la familia, que ha renegado de su identidad, que ha entregado la
educación a la izquierda, que ha cedido ante los terroristas… A VOX sólo le
concedo esa voluntad de no claudicar ante los terroristas pero, ¿a costa de qué
vale enfrentarse a los terroristas si por otro lado estamos fomentando el
aborto y abriendo la puerta a la eutanasia? ¿Qué clase de partido político
tiene que decidir en un Congreso si está a favor o no de la vida?
Ya conocemos los males que el liberalismo ha traído a
España. Yo por mi parte no voy a darles la oportunidad de reforzarse. A la
izquierda, que lleva ya tiempo organizándose y cada vez actúa con más contundencia,
lo que le molesta no es que la niña pija de turno saque a pasear la bandera que
llaman constitucional, sino que alguien con mayor grandeza moral que ellos se
levante en una reunión de una cooperativa agraria y les diga cuatro cosas bien
dichas.
Querido amigo, con esto me despido en la esperanza de que si
Dios quiere España vuelva a ser la que era, la España de siempre, la que no
necesita recurrir a la Constitución de 1978 (una de tantas) para ser libre. Te
deseo lo mejor en tu tierra.
Un abrazo,
Alonso de Blanco
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ResponderEliminar"Somos españoles y es necesario que muramos por el rey legitimo y por la patria"
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