lunes, abril 28, 2014
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por Juan Antonio Darder
Médico y candidato de Impulso Social al Parlamento Europeo






Sin duda una pavorosa mediocridad se ha adueñado de las instituciones que rigen los destinos de los pueblos, o peor aun, en muchos casos podemos decir que una "pavorosa perversidad" es dueña de los centros de decisión política que condicionan nuestro destino personal y colectivo. Cual termitas, muchos individuos sin "oficio ni beneficio", y lo que es peor, sin sentido común, engrosan las filas de los distintos partidos y consecuentemente, de las distintas instituciones, a los que se han arrimado sin otra finalidad que no sea la de medrar y lograr un status social y económico que no han conseguido por la vía del esfuerzo personal, profesional o ciudadano. Una estructura carcomida por las termitas mantiene una aparente integridad durante cierto tiempo, pero inexorablemente termina por desmoronarse. Esto es lo que ocurre hoy; el edificio de la pseudodemocracia partitocrática se tambalea carcomido por un ejército de parásitos.

Cabe buscar nuevas alternativas antes de que la casa nos caiga encima, y esta alternativa pasa, ineludiblemente, por sustituir la legión de trepas que se refugian la "res pública", por hombres sabios. Entiéndase que el término sabio, no implica en absoluto una connotación elitista ni oligárquica. El sabio no precisa haberse graduado en Oxford ni tener media docena de masters expedidos por prestigiosas universidades norteamericanas. La sabiduría tampoco es erudición. Sabio es aquel que tiene la virtud de aplicar la razón y la inteligencia a su experiencia vital, para obtener, de tal conjunción, soluciones y respuestas de bien. La inseparable simbiosis de razón intelectual y experiencia, son indispensables para poseer sabiduría. Puede haber personas con cuatro carreras universitarias y capaces de rellenar un crucigrama en treinta segundos y se encuentran a mil años luz de poseer sabiduría, y por otra parte, puede haber personas que aun viviendo tres mil años, de experiencias, tampoco, ni por asomo son capaces de obtener sabiduría…

Platón, ya indicaba que "la razón y la sabiduría" son los que deben gobernar, es más, aseveraba que hasta que sabia razón y poder político no concuerden, las ciudades no tendrán paz. Lamentablemente, hoy por hoy, nos encontramos en las antípodas del pensamiento político platónico. Hoy la política no es sinónimo de servicio y honor, sino que es sinónimo de lucro y especulación, y sin duda se hará difícil enderezar el rumbo, ya que si la miel atrae las abejas, la carroña atrae a los buitres, y hoy la política es pura carroña y por ello solo atrae a quién atrae, salvo honrosas excepciones. Hoy, más que nunca, precisamos de hombres sabios.

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