sábado, abril 26, 2014
1
por Carlos Ibáñez Quintana, en el local de la Sociedad 26 de abril

Si levantáis la cabeza podréis ver el retrato de D. Carlos VII.

En 1875, se dirigieron a D. Carlos los ayuntamientos de Guipúzcoa pidiéndole instrucciones para su funcionamiento. La contestación que les dio fue: “¿Qué os voy a decir? De los problemas de vuestros pueblos sabéis más vosotros que yo?”

Don Carlos reconocía la limitación de su poder ante la vida de la sociedad. Reconocía que su misión no era inmiscuirse en la vida de los ayuntamientos.

La contestación de D. Carlos tiene hoy una aplicación práctica. Es que el Estado ha anulado las competencias de la sociedad y se mete en todo. Recientemente se ha dado la noticia de que la más acreditada fábrica de salchichones de Vich ha sido castigada por la Generalitat  con una multa de 30.000 € y se ve obligada a cerrar después de 160 años de existencia. El motivo que usa la denominación de origen Vich sin atenerse a las normas de calidad que el  Gobierno catalán ha promulgado. Por los visto los políticos saben más de hacer salchichones que los fabricantes que se han acreditado con una tradición de siglo y medio. Hace unos días en una tertulia televisiva el Alcalde de Málaga se quejaba de que el Gobierno de Andalucía retiene muchas funciones que deberían corresponder a los ayuntamientos.

El Estado lo ha absorbido todo. El Estado cuida de nosotros desde la cuna hasta la tumba. De esa manera quiere convertir la tierra en un paraíso y librarnos de todos nuestros problemas. Organiza nuestra sanidad, nos impone la educación de nuestros hijos, legisla, con leyes contrarias a la naturaleza, sobre la familia y el matrimonio, dirige la economía y las finanzas...Y todo lo hace muy mal. ¡Ah!, pero entretanto, para atender a esas necesidades nos despluma con impuestos gravosos, que luego los políticos administran poniendo en práctica el viejo dicho de que “el que reparte bien reparte, si se lleva la mejor parte”.

Se hace preciso  lo que ya dijo Vázquez de Mella hace más de cien años: “que el Estado devuelva a la sociedad las competencias que le ha usurpado. Se hace preciso que la sociedad reaccione y reclame sus derechos al Estado omnipotente y tiránico. Y en esa necesidad hemos coincidido tres grupos políticos.

El más viejo de todos, la Comunión Tradicionalista Carlista, porque siempre lo ha mantenido. Los más jóvenes, Alternativa Española y Familia y Vida, porque la realidad de los hechos se lo ha hecho ver.
El establecimiento de esa coalición no ha sido fruto del tan llevado y traído consenso, sino de algo más firme: la coincidencia en la verdad. Los del consenso se reúnen, discuten, ceden a regañadientes y llegan a un acuerdo. Nosotros no hemos necesitado más que ponernos en contacto y la redacción de un programa común no ha exigido ningún consenso. Porque en nuestros respectivos programas estaba ya contenido lo que ahora presentamos. No hemos necesitado más que considerar lo que para España y Europa es más urgente en estos momentos: librar a la Sociedad de la opresión del Estado. Es algo que está a la vista. Por eso, porque existe un acuerdo previo sobre algo tan importante, es de esperar que nuestra coalición dure. El nombre adoptado, Impulso Social, es suficientemente representativo de lo que queremos defender.

Mientras, los del consenso, los que llegaron a un acuerdo a base de ceder, o fingir que cedían, andan ya a la greña atacando a la Constitución que aprobaron, reconociendo que necesita ser refirmada o haciendo caso omiso de lo que en ella se contiene.

En otras ocasiones la Comunión Tradicionalista se ha unido a otros grupos para luchar por un objetivo común. Pero si comparamos aquellas alianzas con la que ahora hemos logrado veremos una diferencia fundamental: en aquellas se trataba de unir fuerzas. En nuestra circunstancia se trata de defender un ideal común, en el que ya veníamos coincidiendo. Como carlista mi entrega a la labor de Impulso Social es una continuación de mi entrega de toda mi vida al Carlismo. Y a ella me entrego con el mismo entusiasmo y afán que me ha hecho permanecer en la Comunión a despecho de las circunstancias adversas por que ha tenido que pasar. Y me emociona pensar que ha llegado el momento de luchar en defensa de los ideales.

El sistema imperante en toda Europa se basa en un error: parte del individuo como si fuera un ser aislado. Y no es verdad. El individuo es importante. Cada uno de nosotros somos irrepetibles. Pero todos hemos nacido y vivimos en sociedad. La sociedad es, por tanto, fundamental. Es lo que decía un filósofo muy invocado por las izquierdas: “yo soy yo y mi circunstancia”. Pues esa circunstancia es la Sociedad en cuya defensa hoy levantamos la bandera.

La Sociedad es algo real. La vida nace en la familia. El hombre es el único animal que necesita de la familia durante muchos años. Las familias forman municipios y los municipios comarcas y regiones.

El hombre se prepara para la vida estudiando en los centros adecuados. Luego ejerce una profesión. Comparte necesidades e intereses con otros hombres. Forma parte de la Sociedad y la Sociedad es lo que queremos defender desde Impulso Social.

Mientras que los partidos políticos son algo artificial de lo que podemos prescindir. Algo que se ha convertido en grupos de presión, afanados en conquistar el poder en beneficio de sus afiliados y con completo desprecio del bien común. Bandas de delincuentes y no lo decimos solo nosotros. Ellos mismos se acusan unos a otros. Y los jueces actúan en consecuencia imputando a los más destacados de sus miembros.

En defensa de una Sociedad ninguneada por el Estado nos levantamos quienes formamos Impulso Social. Otros grupos de descontentos han surgido en España, negando que el parlamento, tal como está configurado, represente al pueblo. Pero de ellos nos separa algo fundamental: mientras ellos piden al Estado que resuelva los problemas, nosotros le pedimos que se limite a sus funciones de gobernar, que permita organizarse a la Sociedad, para que a los que componemos esa Sociedad se nos de la oportunidad de ser nosotros quienes los resolvamos.

Hoy queremos llevar una representación a Europa. Donde nuestros hermanos de otros pueblos están empeñados en la misma lucha que nosotros. Hace una semana han triunfado en Hungría un partido que defiende los principios cristianos de su nación. En Alemania ha surgido un nuevo movimiento que proclama: “Dios le ha dotado al hombre de dignidad, libertad, individualidad, razón y responsabilidad. Esto es el fundamento del derecho humano y de una democracia libre el la que impere la justicia”. No estamos solos.

Pero esto no es más que una primera etapa de una lucha que hemos de continuar. Una lucha que tenemos que ganar en España. En esta España que reclama libertad y le dan partidos políticos que se la secuestran. Que reclama libertad para sus regiones y le han dado autonomías que nos son más que nuevos gobiernos absorbentes, centralistas, meras copias del de Madrid.

De Dios procede la libertad. Un sistema político basado en la mentira ilusiona al pueblo con el señuelo de que es soberano. Y mientras le arrebata las libertades que necesita para una vida humana. Con la confianza puesta en Dios, que nos quiere libres y es el único que puede hacernos libres, nos aprestamos a la lucha. ¡Animo pues, que venceremos! 

Ermua. Foto: Zarateman.
Creative Commons CC0 1.0 Universal Public Domain Dedication

1 comentarios:

  1. Maravillosa y compendiada locución del sentimiento político del Carlismo. Ángel.

    ResponderEliminar

.

.