por Fernando López de Prado
El nuevo brote de ébola ha mostrado la hipocresía de la sociedad liberal-socialista. Cuando se supo que un sacerdote y religioso español solicitaba su repatriación, los medios de intoxicación progresistas comenzaron una campaña de agitación social a la que se prestaron vergonzosamente algunos sanitarios del Hospital Carlos III. A pesar de tan poderosos medios, la sociedad española reconoció el acierto de repatriar al P. Miguel Pajares; por encima del gasto económico está la caridad cristiana, con un misionero que contrajo la enfermedad cuidando a enfermos de ébola en el Hospital de San José de Monrobia.
El ébola es un virus de la familia Filoviridae, genero Ebolavirus, emparentado con el género Marburguvirus. Dentro del género Ebolavirus se conocen cinco especies: ébola, bundibugyo, sudán, tai-bosque y reston (no causa enfermedad en humanos), todas ellas de grado 4 de peligrosidad. Su nombre viene del primer foco conocido, el río Ébola, en la República del Congo. Es un virus de morfología variable, con largos filamentos de hasta 10-6 m y un diámetro de 80 x 10-9 m. Su genoma es una cadena de ARN monocatenario que codifica siete proteínas estructurales del virión. El nucleoide es tubular de 30 x 10-9 m y de naturaleza proteica, incluyendo ARN polimerasa. La cápside es helicoidal de 50 x 10-9 m, recubierta por una membrana de glicoproteína.
La infección se transmite por contacto directo con sangre, saliva, sudor, orina, vómitos, etc., de animales o humanos infectados. El periodo normal de incubación es de 5 a 12 días. Se considera que el reservorio del virus son los murciélagos de la fruta, muy abundantes en la región, estos transmiten la infección a través de las frutas que han mordido, a primates y pequeños antílopes que al ser manipulados o consumidos por las personas transmiten el virus del ébola. Los primeros síntomas se caracterizan por alta fiebre, dolor muscular y cefalea. A la semana aparecen erupciones hemorrágicas. La mortalidad puede llegar al 90% de los infectados y suele producirse por shock hemorrágico.
La terapia se basa en rehidratación, equilibrio electrolítico, O2, control de infecciones oportunistas por bacterias y hongos, etc. Las esperanzas están puestas en las vacunas experimentales basadas en ADN, adenovirus, partículas de filovirus, VSIV, etc. El llamado “suero milagroso” ZMapp, administrado al P. Pajares, producido por Mapp Bio, se basa en anticuerpos monoclonales, exitoso en macacos infectados. Si se administra después de una hora de la inoculación del ébola en macacos, la tasa de supervivencia es del 100%, pero si se administra a las 48 horas baja al 66 %. Desgraciadamente, para el sacerdote y enfermero español la infección estaba avanzada. Sus 54 años de misionero son un ejemplo para todos, descanse en paz. La Orden de San Juan de Dios enviará a más personal sanitario para cubrir el fallecimiento de los tres religiosos del Hospital de San José de Monrobia.
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