Diego Hernández-Yllán, delegado de la Comunión Tradicionalista Carlista en Murcia |
Más de cinco millones de parados, empresas que no
dejan de cerrar, hogares de la Iglesia repartiendo comida a cientos de familias
completas, la inmigración cada día más descontrolada, Marruecos denigrando y
riéndose de España, la corrupción en crecimiento constante, la justicia
sometida de forma vergonzosa al poder político, la unidad de España
descomponiéndose, el laicismo cada vez más agresivo... ¿No es hora de decir
basta? ¿No nos han tomado el pelo lo suficiente? ¿No nos merecemos un cambio?
Hubo quien dijo que si llegaba al poder acabaría con la corrupción
generalizada del PSOE. Muchos le creyeron, hasta llevarle a la mayoría
absoluta. Hoy ese mismo partido está pringado como el que más. Y el origen del
actual pringue está precisamente en ese gobierno que prometió acabar con la
corrupción. Pero es imposible, porque la corrupción está intrínsecamente ligada
al sistema, un sistema impunista, buenista, sin control, en el que la mayoría
de los partidos están de acuerdo en cuestiones esenciales que hacen posible que
ocurran episodios y casos como los que leemos todos los días en la prensa. El
ya famoso y manoseado consenso. Y da igual que sean populares, socialistas, o
nacionalistas. Todos pringados. El sistema es el problema. Esto no se arregla
votando al partido B en contraposición al partido A, es necesario un cambio
sustancial y definitivo que de la vuelta como a un calcetín a la situación
actual. Eso jamás lo harán los partidos del pesebre, significaría perder su
situación de privilegio. No les interesa. Hay que mirar más allá, tener altura
de miras y acabar con el actual estado de cosas. ¿Mirando extramuros del
sistema? Por supuesto. No hay otra solución. Porque sino seguiremos en el
consenso del que reforma para no reformar nada.
Apuntábamos antes que el sistema es el problema. Claro. Es un sistema
partitocrático en el que la voluntad de los partidos ocupa y copa toda la
actividad política de la nación. Incluso van más allá.
En efecto la partitocracia lo copa todo porque:
1. La vida no solamente política sino social se identifica con el partido.
Así les vemos participar en cuestiones trascendentes como las universidades o
las cajas de ahorro.
2. Se financian a cargo de los presupuestos del estado, es decir los pagamos
tú y yo, a pesar de no estar de acuerdo con ellos en parte o en todo.
3. Aparece como intermediador impidiendo el normal desarrollo de la vida
social y económica.
4. Impide los principios de mérito y capacidad, atendiendo únicamente a la
ideología. Tenemos sobrados ejemplos de cargos del estado incapaces, pero
absolutamente ideologizados.
5. No atiende al bien común e impide también la tarea común, deshaciendo
(siquiera sea en parte) uno lo que el otro hace.
Pero siendo esto grave, quizás lo más grave sea la completa y total
dependencia de la justicia de los partidos políticos. Es la mayor perversión.
No es tolerable ni "democrático" que el gobierno de los jueces lo
elija el parlamento, es decir, los partidos representados en él. Quien tiene la
mayoría en el parlamento la tiene a su vez en el Consejo General del Poder
Judicial. Lo que me lleva a tomar en consideración también que quien tiene la
mayoría en el parlamento (el partido X) es quien gobierna la nación, en cuyo
caso ¿Dónde está la separación de poderes? La partitocracia acaba
convirtiéndose en la dictadura del partido en el gobierno, que lo controla
todo: gobierno, poder legislativo (parlamento) y poder judicial.
Y qué me decís de la ley electoral. Una ley antidemocrática por la cual una
serie de señores (del partido, claro) eligen una lista cerrada y bloqueada a la
que hay que votar por narices si se quiere participar en las elecciones. Es
decir, que el pueblo español vota, sí, pero no ELIGE, eso ya lo hicieron por él
la cúpula de los partidos políticos. Pero hay más, no se ha enseñado a votar al
pueblo: unos votan por rutina, sin reflexión; otros votan en contra de y no a
favor de; otros por el voto útil, sin saber qué utilidad real tiene su voto;
otros actúan como si de un club de fútbol se tratara, se es de ese club hasta
la muerte. Poco o nada hay de conocimiento real, de responsabilidad personal,
de búsqueda del bien común. Esto es lo que queremos cambiar. Para eso ha salido
a la luz pública Impulso Social. Nuestro modelo de sociedad es bien diferente.
Buscamos la ejemplaridad de los gobernantes. Si como alecciona un adagio
francés el pescado se pudre por la cabeza, para terminar con la corrupción de
la que la cabeza ha contagiado a las instituciones y a la sociedad, ha de
comenzarse por sanear la cabeza mediante la eliminación de sus partes podridas.
Y por otra parte nos encontramos con otro gran problema. La pérdida casi
absoluta de valores como la austeridad, la solidaridad, la disciplina, el
esfuerzo, el sacrificio, la responsabilidad, el compromiso, la vocación de
servicio, la búsqueda del bien común, la unidad ante la adversidad, el fomento
de la familia como célula básica de la sociedad, aparte de los valores morales
que nos enseña la Santa Madre Iglesia. Una sociedad anestesiada, pasota, sin
referentes morales es una sociedad muerta. Es pues urgente, urgentísimo diría
yo, regenerar moralmente a la sociedad para salir de esta crisis de la que no
vemos fin.
Y, repito, eso no vendrá por un cambio de gobierno. Tendremos que ser
nosotros, lo que quede de sano y moral pueblo español, los que saquemos
adelante a España, sin politiquerías ni partidismos, buscando únicamente el
bien común de nuestro gran pueblo.
Y esta es la razón de ser de Impulso Social y por la cual nos presentamos a
estas elecciones. Para cambiar las cosas. Para proponer un nuevo modelo de
sociedad en España y en Europa, alejado tanto del materialismo estatista cuasi
totalitario del socialismo, como del individualismo egoísta y relativista del
liberalismo. Defendemos la auténtica libertad, la de las personas, sí, pero
también la de las familias, la de los ayuntamientos, la de los cuerpos sociales
naturales, etc. frente a la intromisión salvaje del Estado que todo lo
controla, y que debería actuar únicamente de forma subsidiaria allá donde la sociedad
no llegue. Y defendemos un orden social justo, donde se dé prioridad a los más
débiles y se le dé a cada uno lo suyo. No creemos en la Europa de los
mercaderes y de los plutócratas. Queremos acabar con la partitocracia dándole a
la sociedad su verdadero protagonismo, permitiendo que se organice libremente.
Queremos una Europa respetuosa con la soberanía de los Estados miembros.
Queremos una Europa que mantenga el Estado del Bienestar, garantizando
educación, sanidad y asistencia social. Queremos una Europa que impulse la
participación del trabajador en los beneficios de la empresa y que mantenga el
poder adquisitivo de las pensiones. Queremos una Europa en la que España no
vuelva la espalda a su relación con las naciones hispanas asumiendo la misión
de ser puente entre Europa y América. Y queremos una Europa social, que proteja
al niño concebido y no nacido, a la familia natural, que busque el bien común y
que tenga en las raíces cristianas y en la Tradición sus señas de identidad. Y
para ello os convocamos.
No será un camino de rosas. Lo sabemos. Asistiremos al silencio informativo
y al llamamiento desesperado al mal menor y al voto útil que algunos lanzarán.
Parecerá que nos digan: Español atontado: ¡Vota PP aunque no te guste!
Que si votas a los partidos "estrafalarios" como con evidente falta
de respeto los denominó Rajoy, en vez de nosotros, vendrá el COCO del PSOE, que
es aun más antidemocrático, más relativista, más abortista y más cretino que
nosotros! Venga chicos, todos a votar al PP, que en Europa esta Mayor Oreja...
ese democratacristiano de bolsillo que siendo el jefe del PP en Europa hasta
hace bien poco, permite que 3 de cada 4 miembros de su grupo voten a favor del
aborto y de la ideología de género en Europa (con Vidal Cuadras a la cabeza por
cierto, aunque ahora vaya de provida de toda la vida). SEÑORES, YA NO CUELA.
Aún así se nos dirá: "los votos que déis a Impulso Social se los
quitaréis al PP". El argumento es falso por dos motivos: porque se les
vuelve en contra ya que el voto que se dé al PP se le resta a Impulso Social y
porque el voto no es propiedad de nadie, únicamente del votante, que puede
hacer con él lo que le parezca oportuno. Por lo tanto nadie quita nada a nadie.
Pero seguirán erre que erre con el asquerosamente manoseado tema del
"mal menor". Pues habrá que decirles que ética y moralmente el
"mal menor" sólo se puede elegir cuando todas las opciones existentes
sean malas en mayor o menor grado, pero no cuando una de tales opciones es
objetivamente buena. No votar a lo positivamente bueno significa un apoyo
explícito al mal, aun cuando sea un "mal menor". Porque el mal menor
convierte en cotidiana una situación excepcional.
1. Porque una situación de mal menor prolongada hace que el mal menor cada
vez sea mayor mal.
2. Porque, como dice el Catecismo, un mal siempre es un mal y “es erróneo
juzgar la moralidad de los actos considerando sólo la intención o las
circunstancias"
Y además no consigue reducir el mal mayor (si es que eso existiera)
porque:
1. Las energías que debían gastarse en proponer bienes plenos se gastan en
proponer males menores.
2. Porque es una opción de retirada, pesimista, en la que el político esconde
sus talentos por temor, o por falsa precaución. Porque la táctica del mal menor
predica la resignación; y no precisamente la resignación cristiana, sino la
sumisión y la tolerancia al tirano, a la injusticia y al atropello. Con
tácticas malminoristas no habría caído el muro de Berlín, ni habría habido
Guerra de la Independencia Española, ni insurgencia católica en la Vendée, ni
Carlistas en España, ni Cristeros en México. Y tal vez ninguna oposición habría
encontrado el avance islámico por Europa. No habrían existido ni Lepanto, ni
Cruzadas, ni Reconquista...
3. Porque hay ejemplos sobrados en los que el triunfo del malminorismo ha
dado el poder a partidos que reclamando el voto católico han amparado, y eso ha
pasado en media Europa, una legislación anticristiana (aborto, eutanasia,
uniones homosexuales,)
Es por tanto una postura vergonzante, de retroceso, defensiva y que denota
un gran complejo de inferioridad. No es consiguientemente asumible por un
católico español teniendo en cuenta además que existen opciones que reúnen los
requisitos mínimos para ser votables.
En cuanto al voto útil no hay voto más inútil que votar a quienes quieren
que todo siga como está. El auténtico voto útil es a Impulso Social, porque
quiere cambiar las cosas, porque defiende principios y valores que ya
nadie defiende, porque está libre de complejos, tibiezas y cobardías, y porque,
estas elecciones, al ser circunscripción única, dan muchas más opciones de
representación a un partido minoritario (en esta caso coalición) como es
Impulso Social, que si fueran elecciones generales. La mayoría de sus
afiliados y simpatizantes son gentes normales, buenos profesionales que no
buscan hacer carrera como los políticos profesionales, si no para dar vuelta a
una situación que empieza a ser desesperante.
Pese a todo queremos que os ilusionéis, que os deis cuenta de que es
posible. Más aún, es necesario. Y que no es una utopía. Se puede (y no estoy
parafraseando a Obama). Torres más altas han caído.
Así pues, dale oportunidad a tus principios. Dale una oportunidad a tus
valores. Vota a favor de la vida, de la familia, de las raíces cristianas, del
derecho de los padres a elegir la educación para sus hijos, del bien común, de
la justicia social, de la unidad, soberanía, identidad e independencia de
España, de una Europa de valores y verdaderamente social. Si quieres una España
y una Europa que armonice la tradición con el tiempo de hoy, si quieres que a
la política vuelva la decencia y la honradez, si estás harto de complejos y
tibiezas, si te sientes desengañado y harto, si no te sientes representado
actualmente por nadie, si quieres un cambio real y efectivo, tu opción sin
dudas de ninguna clase es Impulso Social. Tu voto es Impulso Social. Tu opción
en Europa.
Pero no nos basta con tu valiosísimo voto. Somos más ambiciosos.
Necesitamos que te conviertas en nuestro altavoz. Que des a conocer Impulso
Social, a tus familiares, amigos, conocidos, en el trabajo. Como dije
anteriormente sufriremos el silencio mediático. Por eso necesitamos que
seas nuestra voz (que no nuestra Vox, creo que me entendéis
perfectamente).
Y nada más. Ilusionaos, tened esperanza, fe, confianza y a por ellos.
Muchas gracias.
Representantes de Alternativa Española, Comunión Tradicionalista Carlista y Partido Familia y Vida. |
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